El tráfico de la ciudad,
de mi ciudad,
visto desde el cielo
es como una monstruosa fila de hormigas,
carnívoras a lo mejor.
Todas van hacia adelante,
hacia ninguna parte,
hacia la misma parte:
hacia querer ganarle a todas las demás.
Todas las hormigas con las que viajo
sufren de la misma enfermedad:
desinterés.