Siguiendo la estela de los viajes en invierno y aprovechando un día como el de hoy, en el que gran parte de España se está cubriendo de blanco, os quiero acercar algunas imágenes de otra gran ciudad bajo una gran nevada: Londres.
Visitamos la capital inglesa el año pasado, en febrero, en medio de una ola de frío como la que vivimos estos días. Aunque la lluvia y el mal tiempo en Londres no son un hecho extraordinario, visitar algunos de sus lugares más emblemáticos después de una nevada les otorga un ambiente especial y encantador.
Kensington Gardens
Los jardines de Kensington, creados a partir del terreno “robado” a Hyde Park en el siglo XIX, son un bonito espacio donde tomarse un respiro del ritmo ajetreado de toda gran ciudad.
Aunque aún no había nevado, la helada que había caído por la noche congeló el Round Pond, creando una curiosa imagen, con algunas aves nadando y otras caminando sobre las aguas como por arte de magia.
Con esas temperaturas, darse un baño no resultaba muy apetecible, y menos teniendo en cuenta que, ante el riesgo de ahogamiento, pedir un salvavidas quizá no fuera la mejor opción.
Continuando el gélido pero encantador paseo, nos encontramos con la estutua de Peter Pan, el personaje creado por el escritor escocés J.M. Barrie. Parece que el niño que vivía en el País de Nunca Jamás, que podía volar y que nunca crecía no estaba pasando demasiado frío.
Y con la noche… llegó la nieve
El día fue frío y la noche cubrió Londres de un manto blanco. Los jardines de Russell Square, próximos al British Museum, eran un lugar ideal para pasear y hacer originales muñecos de nieve.
Hablando del British Museum, esta pinacoteca es una de las más antiguas del mundo y cuenta con una de las colecciones de antigüedades más grandes y famosas (aunque hay quien lo califica como uno de los mayores saqueadores artísticos, lo cierto es que merece la pena poder ver reunida esa colección de arte). No podéis perderos la colección de Egipto…
Ni la de Grecia, con un templo construido en el interior y con parte de los frisos del Partenón de Atenas.
Compras en Camden Town
El complemento perfecto tras una mañana de arte puede ser visitar el Camden Market (conocido también como Camden Lock) para conocer otro tipo de “arte”: artesanía, ropa, objetos de segunda mano, comida rápida e, incluso, actuaciones callejeras son algunas de las cosas que se pueden encontrar en este popular mercadillo londinense. Las fachadas de algunos edificios son bastante originales…
Uno de los sitios más curiosos es el Stables Market (Mercado de los Establos), la sección más grande de Camden Market. Está construido en los antiguos establos de la sociedad del ferrocarril de las Midlands y en el hospital de caballos (que servían para tirar de las barcas a lo largo del canal). Muchas de las tiendas de este mercado se encuentran dentro de los arcos de los viaductos del ferrocarril, una idea estupenda para escapar por un rato del frío de la calle.
Las culturas alternativas (tecno, gótica y cyber-gótica) se dan cita en esta parte del mercado. Y aunque no te sientas identificado con ellas, no puedes dejar de visitar Cyberdog.
Paseo al atardecer
La única parte negativa que he encontrado a viajar en invierno es que, obviamente, los días son más cortos y las horas de luz se van muy deprisa. Pero, bien abrigado, se puede optar por dar un paseo vespertino por algunos lugares emblemáticos, como Buckingham Palace, la residencia oficial de la Familia Real Británica en Londres desde 1837.
La Abadía de Westminster, donde son coronados todos los monarcas ingleses.
El famoso Big Ben, que aunque lo identifiquemos como la Torre del Reloj del edificio del Parlamento londinense, en realidad se trata de una enorme campana de 14 toneladas que se encuentra en el interior de la torre.
El Shakespeare’s Globe Theatre, una fiel reproducción del teatro construido en 1599 y en el que el famoso dramaturgo inglés representó algunas de sus obras más conocidas. En 1613, el tejado de paja comenzó a arder y acabó con el teatro. Unos años después, se construyó un segundo teatro, que funcionó como sede de la compañía Shakespeare, pero fue clausurado por orden de la Administración Puritana Inglesa y, posteriormente, demolido. Ahora, a 200 metros de donde se encontraba el original, podemos encontrar este nuevo recinto casi idéntico al primero.
O el Tower Bridge (Puente de la Torre), un puente levadizo de estilo victoriano y uno de los símbolos de la ciudad.
Londres tiene un millón de cosas para ver y muchas cervezas para beber en los innumerables pubs que se encuentran por toda la ciudad. Esto solo ha sido una pequeña muestra de lo que ofrece la ciudad, a pesar del frío.